Una persona que trabajó en un instituto de menores quiso compartir su experiencia con nosotros.
Las políticas de estado sustentan derechos humanos donde las promesas son infinitas.
Sin embargo estos derechos parecen esfumarse a la hora de mirar la realidad de una institución como un penal para menores. Allí es, entonces cuando uno se pregunta ¿Queda el cumplimiento de los derechos de los niños librado a criterio de ciertas personas con ganas de trabajar?, ¿alcanza, con eso? ¿ En manos de quienes dejamos a estos chicos, cuando se decide encerrarlos? ¿Se evalúa que queremos desarrollar para ellos?, ¿Basta conformarse desde el Estado con (como se escucha decir en los pasillos de estos lugares) con salvar a uno ...?
Sin lugar a dudas las políticas actuales no se encuentran encaminadas en compromiso alguno para trabajar en la construcción de seres humanos libres.
*El lugar, ¿propicio para solucionar carencias?
Una institución cerrada. Que alberga a más de cien niños en situación de “riesgo socio penal”. Distribuida en varios sectores. Que contienen, a su vez, a más de treinta jóvenes. El espacio físico: una pieza de dos por dos con una simple ventana y una gran puerta de hierro. Cada una, distribuida en un pasillo, también, cerrado por otra gran puerta de hierro.
Pero los derechos están cubiertos. Vociferan:- ¡No les falta un colchón! Eso sí, que se peleen por tener unas sábanas y en invierno una manta.
*La alimentación, ¿una guía de nutrición?
Horarios contemplados: desayuno; un pan (quizá algo húmedo) con dulce y una leche aguada. Almuerzo fideos ( quizá carne) servidos en bandejas con cubiertos de plástico para evitar contagios. La cena: Igual que el almuerzo.
*Las actividades, ¿para desarrollar una salida laboral en el afuera?
¿Acaso con un taller de tarjetas españolas? ¿O en la escuela pintando fotocopias del ratón Mickey?. Muchos maestros están mal pagos y cansados del maltrato ¿pero, y los jóvenes? ¿Por esto no deben saber y conocer lo que es un libro? ¿Podemos seguir sosteniendo afirmaciones del tipo ‘’si estando en la calle no lo hicieron menos lo harán acá’’.?
Quizá sea martes y les toque un rato “de patio”, media hora. Quizá los guardias estén de buenas; diez minutos más. Eso sí la pelota queda librada a su imaginación. Alguien se robó los elementos de juego. (No fueron los pibes chorros)
*La enfermería, ¿disponible a cualquier hora?
Espacio muy concurrido antes de que caiga el día (muchos jóvenes están medicados -ya sea por abstinencia o para calmar la ira contenida que, dicho sea de paso, es la misma que los trajo a la institución.) Pero en la noche si un joven epiléptico está en su celda y el guardia no escucha que necesita ayuda la enfermería estará siempre lejos para solucionarlo.
El aislamiento genera enfermedades; pero no se hace hincapié en el aseo personal ni se establecen charlas de prevención.
*Información de su situación penal y de sus derechos en “dicha estadía”
Luego de dos días se le asigna a cada joven un psicólogo y un asistente social ambos trabajarán conjuntamente con el afuera para elaborar un informe del joven que será enviado al juzgado, este proceso llevará varias etapas de entrevistas en las cuales ¿se contempla al joven como un ser de derecho para pedir entrevistas si esta triste o necesita comunicarse con alguien?.
Conclusión
Serán estos lugares los que formen a nuestros jóvenes? Jóvenes que con apenas quince años ya tienen un hogar destruido por la marginación y la indigencia? Que vienen de vivir en lugares donde habitan más de siete personas en una pieza y donde el baño es una tapera?
No será que muchos de los que hoy ocupan un cargo en estas instituciones por el cual cobran mes a mes (y que se indignan cuando no está el sueldo) se estén jactando de “jueces” e ignoren o quieran ignorar qué es lo que sucede con nuestros pibes?
No será que estos chicos no tuvieron todas las oportunidades necesarias para desarrollarse como los seres humanos que son? Que ni siquiera pueden soñar con un futuro porque sobreviven en el día a día? Enfrentándose al abandono que supone la falta de educación, el negocio de las drogas, (que se consumen con un alto nivel de alcaloides y basura como la virulana) ¿Quiénes quieren distraerlos de la violencia implícita en la que viven? ¿Cómo cuidamos de nuestros chicos?
Mucha gente intenta sumar su buena voluntad para trabajar y tratar de poner su grano de arena en estos lugares de encierro. Pero con tener ganas no alcanza. La mayoría de quienes se desempeñan en estas instituciones no fueron preparados para estar allí; tampoco, por ende, son evaluados y ,en el camino, alguno de los que intentaron cambiar algo se han perdido por no tener una orientación real o porque no acordaron sostener esta mentira en la que nadie considera a nadie como ser humano. Donde el sistema es perverso por sí mismo.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
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1 comentario:
A Peregrina, gracias por sus palabras que fueron como una caricia al alma. A todos los Caracoles, gracias por su poesía llena de emociones sísmicas y hermosura inspiradora...
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