viernes, 1 de agosto de 2008

CANTATA

"La poesía debe ser hecha por todos”

(LAUTREMONT)








En el patio de la cárcel un hombre, sentado sobre un banco, tiembla. Con la espalda jorobada como un soldado cargado mira el piso de cemento. Sin embargo, un día, amanece y arrastrando los pies llega hasta un sitio. Allí, este poema, otra carta, aquel decir. Entre unos y otros, el hombre, escucha y decide quedarse. Se sienta. Como antes en el patio, tiene el cuerpo ido hacia adelante, pero en lugar del cemento, abajo de sus ojos, ahora, está el papel. Con avidez toma el lápiz. Y de rasgos imprecisos, no se sabe cómo, va escribiendo: nuestra lengua se mueve...


Lo que vemos es que hay personas que estando en visita... Como vemos a muchos que salen dopados con la boca abierta. Y toda la saliva caída. Las madres los ven. No saben por qué su hijo está así. Y la madre se da cuenta. Que así no lo trajo a su hijo. Por lo menos antes de entrar acá era otra persona. La boca la tenía cerrada. Se le abre la boca. Sin querer. Y no sabe cómo decir. Y anda. Como un sonámbulo. Dando vueltas. De un lado al otro de esta cárcel. Nos hacen deambular por el patio. Con una pava, un pedazo de pan. Deambular como si fuésemos tontos.
El patio del hospicio es como un banco a lo largo del muro.Cuerdas de los silencios más eternos.Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.¿A quién llamar?¿A quién llamar desde el camino tan alto y tan desierto? (fijman)
Supuestamente deberían curarnos. No darnos mucha pastilla como si fuéramos unos estúpidos. Y si no tenemos un lugar fijo donde establecernos? Como es el caso de la mayoría de nosotros. Para tomar la libertad seguimos encerrados. Ellos saben. Que no tenemos a nadie. Que estamos a la deriva. Sin apoyo de un familiar, de un amigo...No hay ninguna intención de aliviar cuánto sufrimos.Y encima salen a hablar de nosotros como “menesterosos de lazo social”. La gente tiene que saber que nos tienen acá para matarnos poco a poco. De hace mucho.

Y cuando nos sacan de esta Unidad es para mandarnos, no, a que tengamos una vida con dignidad. Sino para volver a encerrarnos en otras fábricas de locos. Porque ellos cobran por nosotros. O sea lo que a ellos les conviene es que sigamos judicializados. No es que nos vamos de acá a una clínica y no tenemos más juez; no. Te mandan a una unidad terapéutica entonces facturan, facturan todos con nosotros..
"...por vuestra ley inicua ustedes ponen en manos de personas en las que no tengo confianza alguna, castrados en medicina, farmacéuticos de porquería, jueces fraudulentos, doctores, parteras, inspectores doctorales, el derecho a disponer de mi angustia, de una angustia que es en mí tan aguda como las agujas de todas las brújulas del infierno. Toda la azarosa ciencia de los hombres no es superior al conocimiento inmediato que puedo tener de mi ser. Soy el único juez de lo que está en mí..." (artaud)
Yo por hablar con la psicóloga de una manera, en otro idioma, dicen que estoy loco. Si yo hablo de esa manera no es porque yo estoy loco, sino porque se me vino un día hablar así. Se me vino a la mente, entonces, yo le dije a la psicóloga: mire como hablo; ¿qué quiero decir yo? Y nadie sabe decirme lo que yo quiero decir. Y lo mío es como un don; no como ellos dicen un complejo de persecución psíquica. Empezó una vuelta. Estaba caminando por un barrio judío a la noche. Una madrugada. Empecé a cantar en esta lengua que canto. Pero me toman como chiflado. Me tratan de loco. Por eso, yo rara vez hablo.
"...porque está persuadido de que soy un alienado y porque se halla enfrente de mí en la posición del médico del asilo frente al internado, y que el médico siempre tiene razón contra un encarcelado, porque le basta afirmar, y el enfermero siempre está en el error porque en tales casos aún sus afirmaciones de hechos entran en la categoría de un delirio catalogado, cualquiera sea la lucidez que emplee en expresarlos..." (artaud)
Aparte de los golpes que nos dan los celadores.Anoche. Sin ir más lejos, llevaron a un muchacho que tuvo una descompensación. En realidad no lo llevaron; como estaba descompensado lo agarraron a los golpes. La policía lo agarró para afuera para que lo llevara el psiquiatra de turno. Lo bajaron a los golpes. Se sentían. No lo veíamos pero se escuchaba. Y quedó en buzones.
"¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!..." (ginsberg)
Lo mismo que un muchacho en frente de nuestra celda que le dolía el oído. Gritaba para que lo vengan a atender. Y se escuchaban los gritos del dolor que tenía. Como gritaba tanto, lo agarraron. Lo sacaron. Se cansaron los celadores de escucharlo gritar. Y lo metieron en un buzón y lo ducharon con agua fría. Y le empezaron a pegar. Y lo dejaron en bolas. Cuando volvió, a eso de las dos horas, tenía golpes en los dos hombros. Y lo volvieron a traer con el mismo dolor de oído y los golpes. A palos y agua fría. Así nos tienen.
"...Van Gogh no murió a causa de una definida condición delirante, sino por haber llegado a ser corporalmente el campo de acción de un problema a cuyo alrededor se debate, desde los orígenes, el espíritu inicuo de esta humanidad, el del predominio de la carne sobre el espíritu, o del cuerpo sobre la carne, o del espíritu sobre uno u otra. ¿y dónde está, en este delirio, el lugar del yo humano? Van Gogh buscó el suyo durante toda su vida, con energía y determinación excepcionales. Y no se suicidó en un ataque de insanía, por la angustia de no llegar a encontrarlo, por el contrario, acababa de encontrarlo, y de descubrir qué era y quién era él mismo, cuando la conciencia general de la sociedad, para castigarlo por haberse apartado de ella, lo suicidó..."(artaud)
Y estas cosas suelen pasar a partir de las seis de la tarde. Que ya no hay más psiquiatra de turno. O los fines de semana. La vieja Unidad sale a escena. Cuando el lunes vienen los profesionales “civiles” la golpiza la justifica el jefe de turno con algún brote psicótico y, bajo amenaza, no le vas a decir al psiquiatra que te pegaron y si le decís al psiquiatra que te pegaron, al psiquiatra le importa un carajo.
En primavera, un pájaro enjaulado sabe bien que hay algo para lo que podría servir, siente muy bien que hay algo que hacer, pero no puede hacer nada; ¿y de qué se trata?... No se acuerda bien, tiene ideas vagas y dice: "Los demás hacen sus nidos y tienen pequeños y los alimentan"; y después golpea su cabecita contra las rejillas de la jaula. Pero la jaula resiste, y el pájaro enloquece de dolor. Mas el prisionero sigue vivo, no muere; por fuera no se ve nada de lo que tiene dentro... (vincent)


1 comentario:

peregrina dijo...

Corear disperso, desorbitado, brutal. Yo desparramado a los mil vientos que pulsa “el Afuera”. Lo porvenir.

“Locos”, “enfermos”, “peligrosos”. Podredumbre para los maquinadores de un lenguaje infecto de inclusiones y certezas con que intentan legitimar el crimen de quienes tan sólo han desviado su voz para buscarse el alma entre penumbras.

Su dolor nos alcanza.

Alaridos.