Pienso en un futuro
Un día 8 de noviembre del 2008.
Hacía calor. Un día domingo que no tenía plata para viajar.
Estaba en Recoleta. Era la noche. La gente deambulaba por las calles. Yo tenía sueño y buscaba un lugar para dormir. Encontré una puerta abierta; un lujoso espacio alfombrado con lugares para descansar.
Vi un cuerpo y me acosté allí a dormitar. Al momento se me llenó de policías a mi alrededor.
Me preguntaban cómo había entrado. Yo les dije que estaba buscando un lugar para dormir. Me empezaron a patear y me preguntaban “por tu compañero” Les respondí que estaba solo. Sin pasar por al comisaría me trajeron aquí. En el momento de llegar a esta unidad me interrogaron profesionales. Yo sólo quería estar en libertad- les dije.
Seguido, me colocaron una inyección que se me doblaban las piernas. Y caí. Me cargaron muy cómodos. Al otro día conocí a mis compañeros de sector. Me entrevistó una psicóloga que moderadamente me hacía preguntas sobre cómo era mi vida; si tenía familia. Para rematar el diálogo me dio dos pastillas.
Llegó el momento de la comida, platos de plástico al igual que las cucharas plásticas. Mediante el almuerzo me dispuse a hablar con mis compañeros. Toda la gente era de la clase baja. Todos trabajadores o cirujas.
Ya hace nueve meses que estoy aquí dentro. Me pusieron el artículo 34.
Yo espero que llegue la libertad. Lo espero con desesperación. Todavía pienso en un futuro.
Gallito de riña
Es la propuesta que el S.P.F hace para sacarse las ganas de divertirse a costa nuestra.
Ponen a dos que ellos llaman “loquitos” a pelear. Hasta en el retén lo hacen. Ellos se ríen mientras dos seres humanos se pegan. Luego les hacen firmar actas de golpes: que se cayeron en el baño. Así justifican su perversión. El que más lesionado queda es el perdedor de la pelea. La apuesta del personal del SPF es una comilona.
Mundo aparte
Acá en este mundo aparte llamado Unidad Penal Neuropsiquiátrica donde supuestamente estamos locos y somos peligrosos quiero gritar a los cuatro vientos por mí y por mis compañeros. Que no es así, como ellos dicen. Nos traen aquí, supuestamente a recuperarnos, pero sólo logran matar nuestras neuronas porque nos tienen como conejitos de india probando sus laboratorios, sus pastillas. Y con palabras que quieren hacer pasar como verdad. Ellos nos ponen el diagnóstico de locos, no para que podamos insertarnos en la sociedad y tener una vida digna; sino para seguir probando sus químicos con nuestros cuerpos. Esa es la única verdad. No hay otra. Ojalá la gente se dé cuenta que aquí de a poco matan a seres humanos.
Hay muchos como yo que tenemos el alta psiquiátrica y del forense pero seguimos adentro Cuando nos quejamos nos empiezan a sacar de a uno en uno. ¿Por qué no todos juntos me pregunto yo? Porque sino se les acaba el negocio. Sale un loquito y fabrican otro loquito y así.
Seré loco, pero un loco que quiere decir lo que piensa.
Yo estoy acá por querer comer unas galletitas.
Esto lo escribo yo porque mi compañero está temblando y no puede escribir. Le pregunto por qué está acá y dice:
- Llegué acá porque estaba en la calle descalzo. No tenía plata y estaba pidiendo monedas para viajar. Había una señora con el marido. El marido pensó que le iba a robar cuando en realidad yo me había acercado a ella para pedirle una galletita que estaba comiendo. Entonces el marido me agarró por atrás, así, de los brazos. Llamó a la policía y directamente me trajeron acá. Hace siete meses que estoy encerrado. Y cada día tiemblo más.
Vidas
En ese tiempo yo era joven y fuerte y estaba desamparado. Mi familia me había abandonado porque decían que estaba loco. Cuando mi única enfermedad había sido trabajar como un burro, todo el día, en una fábrica de plástico.
Ahora, ya no soy joven, ni fuerte.
1 comentario:
Hay quienes experimentan la "dignidad" humillando y, entre risotadas "lúcidas" y en las comilonas, festejan sus "logros": la pelea entre dos seres humanos. También hay "locos" que sueñan libertad, igualdad, reciprocidad.
"Locos" que hacen poesía, que son un grupo que se respeta profundamente, que cobija las diferencias, que comprende que no se "cura" denigrando, ni violentando, ni despojando de la libertad a un ser humano. Con afecto
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